Episodio #214 - "Uno de ellos"

Emisión Original: 15 febrero 2006



Escrito por: Damon Lindelof & Carlton Cuse
Dirigido por: Stephen Williams




Flashback. Sayid y una grupo de soldados están destruyendo papeles en una oficina. Escuchamos el sonido de las bombas cayendo en el exterior.

Tariq: ¡Se están acercando! ¡Movedlo! ¡Quemad esos! ¡Rompedlos más rápido! ¡Deprisa! ¡Sayid! ¡Coge estos archivos! ¡Quémalos! ¡Seguid rompiendo, cobardes! ¡Nos iremos cuando yo lo diga! ¡Paraos de nuevo y yo mismo os mataré! Soy vuestro oficial en jefe y haréis...

De pronto la puerta se abre y varios soldados americanos entran en la habitación.

Soldado americano 1: ¡Parad! ¡Abajo! ¡Al suelo!

Sargento Buccelli: ¡Abajo, abajo! ¡Tú, no, no, no, deja el arma en el suelo ahora mismo!

Soldado americano 2: ¡Quieto! ¡Al suelo ya!

Soldado americano 1: ¡Dejad de quemarlo todo! ¡Al suelo! [Los soldados iraquíes se tiran al suelo]

Sargento Buccelli: ¿Quién está al mando aquí? ¡¿He preguntado quién está al mando?! [Se da cuenta de que uno de los soldados sigue quemando papeles] ¡Será mejor que alguien le diga que pare, o que Dios me ayude, está muerto!

Soldado americano 1: No le entienden, sargento.

Sargento Buccelli: Lo entienden. ¡Escuchad! ¡Dispararé a la de tres! Una, dos...

Sayid: [Traduciendo] ¡Dejad de romper eso u os matará!

Sargento Buccelli: [A Sayid] ¡Tú! ¿Estás al mando?

Sayid: No, no lo estoy.

Sargento Buccelli: ¿Quién entonces?

Sayid: [Mira a su comandante] Aquí no hay ningún oficial al mando. Se fue a Hillah hace dos horas.

Sargento Buccelli: Tu inglés es bueno, Abdul, pero estás mintiendo y eso no es tan bueno.

Buccelli golpea a Sayid con la culata del rifle y le tira al suelo inconsciente.

Corte a unas instalaciones militares. Un grupo de prisioneros están arrodillados en un área vallada.

Sargento Buccelli: Es él, sargento.

Sargento Austen: [A Sayid] Vamos, hombre. [Le sacan de la habitación] Hijo, nosotros queremos estar aquí tanto como tú, pero tu amigo Saddam tuvo que invadir Kuwait, así que aquí estamos. Buccelli dice que hablas inglés. ¿Alguna vez has hecho traducciones?

Sayid: ¿Oficialmente? No.

Sargento Austen: Demonios, el hecho de que sepas el significado de “oficialmente” quiere decir que somos buenos. Un helicóptero Apache se estrelló en este sector hace dos días. Nuestras fuentes nos informan de que el piloto fue capturado. Es muy importante que consigamos rescatarle. Sabemos que le llevaron ante el Comandante de Inteligencia de la Guardia Republicana, un hombre llamado Tariq. ¿Le conoces?

Sayid: Sí, era nuestro comandante.

Sargento Austen: ¿Sabes dónde está?

Sayid: Cuando empezó el bombardeo huyó a Hillah.

Sargento Austen: Hillah, ¿eh?

Sayid: Sí, eso es.

Entran en otra habitación y vemos a Tariq sentado en una mesa.

Sargento Austen: Bienvenido a Hillah.

Fin del flashback.


Corte a la isla. Sayid se está lavando cuando Ana se acerca a él.

Ana: ¿Dónde está Jack?

Sayid: ¿Por qué?

Ana no dice nada.


Sayid y Ana corren por la selva. De pronto ella se para y le indica algo.

Ana: Ahí. ¿Ves?

Señala a Danielle, que se encuentra a pocos metros de ellos.

Sayid: Vuelve. Yo me encargaré de esto.

Ana: ¿Qué?

Sayid: Vuelve, Ana Lucía, y no le cuentes a nadie lo que has visto.


Sayid aparece de pronto enfrente de Danielle y ella se sobresalta cuando le ve.

Sayid: ¿Qué estás haciendo aquí, Danielle?

Danielle: Buscándote.


Sayid y Danielle avanzan por la selva.

Sayid: ¿Adónde vamos? Dijiste que me estabas buscando. ¿Cuál era tu plan... esconderte en el bosque y esperar que pasara por delante?

Danielle: Iba a esperar que fuera de noche y buscarte en la tienda.

Sayid: ¿Por qué? [Se para]

Danielle: Tenemos que movernos.

Sayid: No hasta que me digas adónde vamos.

Danielle: Confía en mí.

Sayid: La última vez que nos vimos llegaste para avisarnos que los otros iban a venir, y no pasó nada. La verdad es que fue una estratagema para raptar al niño de Claire, así que perdóname si no confío en ti.

Danielle: El lugar al que te llevo... hay algo que te ayudará, algo importante. Así que confía. Toma esto. [Le da el rifle y Sayid lo coge] Y si estoy mintiendo puedes usarlo.

Sayid: [Comprobando que el arma está cargada] ¿Cuánto falta?

Danielle: No mucho.


Flashback. El sargento Austen está interrogando a Tariq mientras Sayid hace de traductor.

Sargento Austen: Pregúntale adónde llevaron al piloto.

Sayid: Quieren saber dónde está el piloto.

Tariq: Dile que su madre es una cabra.

Sayid: Dice que no lo sabe.

Sargento Austen: Mira, sabemos que interrogó al piloto anteayer. Demonios, seguramente en esta misma habitación. Dile que le dejaremos libre cuando nuestro hombre vuelva sano y salvo.

Sayid: Te dejarán libre si les dices dónde está el piloto.

Tariq: Eres una desgracia. ¡Eres un soldado iraquí! Coge su pistola y mátalos a todos. Está ahí en el cinturón. Puedes acabar con varios de ellos antes de que te maten.

Sargento Austen: ¿Qué dice?

Sayid: Dice que no lo sabe.

Sargento Austen: No he nacido ayer, hijo. Si no me ayudas entonces otra persona asumirá el mando, y a esa persona no le gusta jugar de forma tan suave.

Sayid: Lo siento. No lo sabe.

Sargento Austen: [Se levanta para marcharse] Vale. Tuviste tu oportunidad. ¿Guardias? Encerradle.

Fin del flashback.


Sawyer intenta dormir en su tienda, pero una rana está croando cerca de la misma y no le deja pegar ojo.

Sawyer: Es increíble. [Jin pasa cerca de él y Sawyer le llama] Eh. Eh, ¿oyes eso? ¿Oyes la rana? ¿La rana? ¿Quieres ayudarme a encontrarla? [Jin no dice nada. Se limita a mirar a Sawyer con una expresión de los más desagradable y luego se va] ¿Qué, ya no somos amigos?


Sawyer camina por la selva tratando de encontrar a la maldita rana. Entonces descubre a Hurley sentado en un tronco con una bolsa de patatas fritas y un bote de salsa ranchera de la Iniciativa Dharma.

Sawyer: ¿Qué tienes ahí, Rerun?

Hurley trata de esconder la comida, pero es demasiado tarde.

Hurley: Nada.

Sawyer: Sí. Tienes una mancha de “nada” en la barbilla, ahí. [Sawyer examina el bote] "Salsa Ranchera de la Iniciativa Dharma." ¿Sabes? Tienes que guardarla en el frigorífico cuando está abierta.

Hurley: En la parte de atrás dice que se conserva a temperatura ambiente durante siete años.

Sawyer: [Descubre el resto de la comida de Hurley] Vaya, vaya. Mira quién tiene un escondite secreto.

Hurley: Por favor, colega, no se lo digas a nadie.

Sawyer: ¿Que le has robado comida al resto del grupo? ¿Por qué habría de hacer eso?

Hurley: Vamos tío, por favor.

La rana empieza a croar de nuevo.

Sawyer: Hija de puta.

Sawyer se lleva la mano a la pistola mientras mira alrededor tratando de encontrar al animalito.

Hurley: Colega, sólo es una rana de árbol.

Sawyer: ¿La has visto?

Hurley: Sí.

Sawyer: Te propongo algo... si me ayudas a encontrarla puedes quedarte con la salsa ranchera. ¿Tenemos un trato?


Danielle y Sayid siguen caminando por la selva.

Sayid: ¿Cuánto más? [Ella no responde] ¿Danielle?

Danielle: Ya estamos aquí.

Sayid: ¿Y dónde es “aquí” exactamente?

Danielle coge un arco y varias flechas que tenía escondidos entre los arbustos.

Sayid: ¿Para qué es eso, Danielle?

Entonces escuchamos a alguien gritando fuera de plano.

Voz: ¡Ayuda! ¡Eh! ¡Aquí!

Sayid echa a correr hacia el punto de donde proviene la voz.

Danielle: Espera.

Voz: ¡Ayuda!

Danielle: Sayid, escúchame.

Sayid encuentra a un hombre atrapado dentro de una red, colgando de uno de los árboles.

Voz: ¡Eh! ¡Aah! ¡Aquí! ¡Por favor! ¡Ayúdenme!

Danielle: No te creas ni una palabra de lo que diga.

Hombre: ¡Eh!

Danielle: Es uno de ellos.

Hombre: No tengo ni idea de lo que está hablando. Está loca.

Sayid: ¿Cuánto tiempo lleva ahí arriba?

Hombre: Desde anoche. Por favor, bájeme. Me llamo Henry Gale. Soy de Minnesota. Por favor.

Danielle: Está mintiendo.

Sayid: [Saca su cuchillo] Voy a bajarle.

Danielle: No.

Sayid corta las cuerdas que sujetaban la red al árbol.

Henry: Gracias.

Danielle: Estás cometiendo un gran error.

Sayid: [Tras haberle liberado] Está bien, está bien. Estás bien, estás bien. Calma.

Henry sale corriendo, aterrorizado, cuando ve a Danielle empuñando el arco.

Henry: No.

Sayid: ¡Espera! ¡Danielle, no! [Danielle no le presta atención y dispara, hiriendo a Henry en le hombro. Sayid corre hacia él] Podrías haberle matado.

Danielle: Si quisiera haberle matado le habría matado.

Sayid: Le disparaste sin que hubiera la menor provocación.

Danielle: ¡Es uno de ellos! Átale. Deberías llevarle con tu médico. No te sirve de nada si está muerto.

Sayid le ata.

Sayid: ¿Y luego qué?

Danielle: Habla con él, Sayid. Si no recuerdo mal, eso es a lo que te dedicas. Pero debes saber que... Mentirá. Mentirá durante mucho tiempo.


Sayid vuelve al campamento con Henry, que está inconsciente.


Flashback. Sayid es conducido ante un agente de la CIA. Tiene las manos esposadas.

Inman: [A Sayid] Quiero hablar contigo de tu colega. Muy bien, vale, lo comprendo. Eres un hombre que valora la lealtad. Incluso al traducir para nosotros, sientes que no estás haciendo lo correcto. Lo entiendo, y lo respeto. Esto es lo que hacía Tariq antes de asumir el mando de tu Unidad de Inteligencia. Estaba a la cabeza de un batallón de guerra química en el norte. [Pone una cinta de vídeo en la tele y le muestra las imágenes a Sayid. Se trata de un pequeño pueblo. Vemos varias calles y el mercado] Supervisó personalmente el uso de gas Sarin en este pueblo. Lo reconoces, ¿no? Tenías parientes en ese pueblo, ¿verdad, Sayid? Sabes lo que hace el gas Sarin. Sin discriminaciones. El mercado entero. Mujeres inocentes... Niños.

Sayid: [Sin poder soportarlo más, apartando la vista del televisor] Basta... Por favor.

Inman detiene la grabación.

Inman: La lealtad es una virtud, pero la lealtad incondicional... No creo que tú seas así.

Sayid: ¿Por qué debería creerle?

Inman: ¿Cómo crees que sabemos que tenías familia en ese pueblo? Hemos estudiado tu archivo personal, y el de Tariq. [Le da dos carpetas] Sólo queremos a nuestro piloto, para mandarle a casa con su familia.

Sayid: Tariq no hablará contigo nunca.

Inman: Por eso vas a tener que conseguir que hable contigo.

Le da una caja metálica. Fin del flashback.


Sayid se acerca a la cama donde Locke está durmiendo en el búnker.

Sayid: John. John, despierta.

Locke: ¿Qué?

Sayid: Ven conmigo.

Sayid y Locke observan a Henry.

Locke: Minnesota, ¿eh?

Sayid: Esa es la cuestión, ¿no?

Henry: ¿Dónde estoy?

Sayid: ¿Quién eres?

Henry: Henry. Henry Gale. ¡Aah! ¡Mi espalda!

Sayid: [Refiréndose a la flecha] Vamos a quitártelo, pero primero quiero que te relajes. ¿Cómo llegaste a la isla?

Henry: Nos estrellamos hace cuatro meses. Mi mujer y yo.

Sayid: ¿Os estrellasteis con qué?

Henry: Un globo. Tratábamos de cruzar el Pacífico.

Sayid: Tu esposa... ¿dónde está?

Henry: Murió. Ella... enfermó hace tres semanas. Estábamos en una cueva junto a la playa. Mi hombro. ¡Por lo menos desáteme los brazos!

Jack entra en la habitación y ve la flecha que Henry tiene clavada en el hombro.

Jack: ¿Qué demonios está pasando aquí?

Sayid: Rousseau le atrapó en la selva. Cree que es uno de los Otros.

Henry: ¿Un "otro" qué?

Jack: ¿Le has disparado una flecha?

Sayid: ¿Tengo un arco?

Jack: [A Henry, que parece a punto de desmayarse] Eh, eh, ¿estás conmigo? [A Sayid] ¿Ibas a dejar que muriera desangrado?

Sayid: Trataba de conseguir respuestas sinceras mientras fuera capaz de darlas... y su herida no pone en peligro su vida.

Locke: Deberíamos dejar que Jack le curara primero, y luego conseguir las respuestas.

Sayid: Jack... No le desates.


Sawyer y Hurley caminan por la selva buscando a la rana.

Hurley: Así es como matan a la gente en las películas de miedo.

Sawyer: Si fuera una película de miedo estaría con una tía buena, no contigo, Barbar.

Hurley: Es Babar.

Sawyer: ¿Y si te callas, Hammo? O tu desorden ranchero va a ser la última noticia en el Internet de los cocos.

Hurley: Bien. Adelante. Cuéntale a todo el mundo que el gordo ha escondido salsa ranchera, el gordo al que le gusta comer. Sí, estoy gordo. Gordo, gordo, gordo. ¿Crees que no lo sé? Pero por lo menos le gusto a la gente. ¿Sabes algo? Encuentra la maldita rana tú solo.

Hurley da media vuelta y se marcha.

Sawyer: [Desesperado] ¡Hurley, espera! ¡Espera! ¡Eh, Hurley! Mira tío, lo siento, ¿vale? La rana me está matando. Tienes que ayudarme... Por favor.

Hurley finalmente accede a seguir con la búsqueda.


Jack está quitándole la flecha a Henry del hombro mientras Sayid y Locke le observan desde la otra habitación. La sujeta con fuerza y la rompe para poder extraerla con ayuda de unas tenazas. Henry parece a punto de desmayarse debido al dolor.

Locke: ¿Qué piensas?

Sayid: ¿Qué piensas tú, John?

Locke: Creo que es bastante convincente.

Sayid: Sí, lo es.

Locke: El problema es que no hay forma de estar seguros de que dice la verdad.

Sayid: Eso no es del todo cierto. ¿Jack tiene la combinación de la armería?

Locke: De momento sí.

Sayid: ¿Cuánto tardarías en cambiarla?

Locke: Si estás enfadado, buscando a alguien a quien castigar...

Sayid: ¿Por qué tendría que castigar a nadie? Quiero descubrir quién es. Quiero la verdad. Y los dos sabemos que Jack tendrá problemas con lo que tenemos que hacer para conseguirla. Así que, John, ¿cuánto tiempo para cambiarla?

Locke: Un par de minutos como mucho.

Sayid: Pues te sugiero que empieces ya.


Sayid se acerca a Jack, que está limpiando la herida de Henry.

Sayid: ¿Dijo algo mientras le estabas trat...

Jack: No, nada. Estaba en estado de shock.

Locke: No podemos dejarle tirado ahí, Jack. Si la gente le ve cundirá el pánico.

Jack: ¿Sí? ¿Dónde crees que deberíamos ponerle?

Sayid: Pongámosle en la armería. Es segura.

Locke: Es mejor pecar de prudentes, Jack, al menos hasta que podamos estar seguros.

Jack: De acuerdo. De momento.

Llevan a Henry hasta la armería.

Jack: Podemos poner la cama aquí. No debería echarse sobre la espalda.

Locke: Buena idea.

Tan pronto como Jack ha salido de la habitación, Sayid cierra la puerta y se encierra en la armería con Henry. Jack golpea la puerta intentando que Sayid la abra.

Jack: ¡Sayid! Eh, ¿qué demonios estás haciendo? ¡Sayid! ¡Sayid!

Sayid: Lo que hay que hacer.


Flashback. Sayid entra en la habitación donde se encuentra Tariq. En las manos lleva la caja que le dio Inman.

Tariq: ¿Ahora te dejan hablar a solas conmigo?

Sayid: Tienes que decirme dónde está el piloto del helicóptero.

Sayid abre la caja y empieza a sacar varias herramientas que va dejando sobre la mesa. Entre ellas hay unas tenazas.

Tariq: ¿Este es el nuevo farol? ¿Que vas a torturarme? ¿Creen que lo harás? Sayid, eres un soldado leal. El hijo de un gran héroe. ¡No deshonres a tu padre! ¡No te atreverás a hacerme daño! ¡Seguirás mi órdenes como tu comandante en jefe! Coge la bolsa. Póntela en la cabeza y átala. ¡Mátate, ahora! Es una orden. Hazlo y muere con el poco honor que te queda.

Sayid: Harías que me quitara la vida... ¡La información no te importa lo más mínimo!

Tariq no responde nada, pero le escupe a Sayid en la cara. Sayid se limpia con el dorso de la mano y le observa durante unos segundos antes de coger las tenazas.

Sayid entra en la tienda de Inman. El americano camina de un lado a otro, impaciente.

Sayid: Ejecutaron al piloto hace dos días. Está enterrado en un campo a cuatro kilómetros de aquí. Puedo llevarle allí.

Le devuelve la caja a Inman y vemos que tiene manchas de sangre, así como las manos de Sayid. Fin del flashback.


Jack está intentando abrir la puerta de la armería, pero la combinación no funciona.

Jack: Maldita sea. ¡Sayid, abre la puerta! ¡Sayid, contesta!

Locke: Jack.

Jack: ¿Por qué no funciona la combinación, John? ¿La has cambiado?

Locke: Sí.

Jack: ¿Por qué?

Locke: Estás creando un ejército.

Jack: ¿Qué?

Locke: Y no me pediste ayuda. Bueno, eso es asunto tuyo. Pero sólo hay una razón para crear un ejército, Jack, y es porque estamos en guerra. Y, te guste o no, lo que Sayid tenga que hacer detrás de esa puerta también es parte de ella.

Jack: ¿Y si dice la verdad, John?

Locke: ¿Y si no?


Sayid está atando a Henry.

Sayid: Levántate.

Henry: ¿Qué pasa?

Sayid le ayuda a incorporarse.

Sayid: Deja que te ayude. Dijiste que llevas cuatro meses aquí.

Henry: ¿Qué?

Sayid: Llegaste a la isla hace cuatro meses, ¿no?

Henry: ¿Dónde estoy?

Sayid: Por favor, responde a la pregunta.

Henry: Sí. Aterrizamos hace cuatro meses, puede que más. ¿Quién eres tú?

Sayid: ¿Y pasaste todo el tiempo en una cueva?

Henry: Junto a la playa... en la parte norte de la isla.

Sayid: ¿A cuánto estabas de la playa cuando te capturaron?

Henry: No lo sé.

Sayid: ¿A cuántos días andando?

Henry: Dos... dos días.

Sayid: ¿Por qué te quedaste tanto tiempo en la playa?

Henry: ¿Por qué no? Queríamos estar allí por si pasaba un avión. Teníamos un equipo de emergencia, un transmisor.

Sayid: ¿Qué clase de transmisor?

Henry: Un A.D.F. Queríamos estar seguros de que nos verían. Mira, sea lo que sea lo que creas que soy, no lo soy. Por favor, por favor, dime tu nombre.

Sayid: Tu esposa, ¿cuál era su apellido de soltera?

Henry: Murphy.

Sayid: ¿Dónde la conociste?

Henry: En la Universidad de Minnesota.

Sayid: ¿Cómo murió?

Henry: Se puso enferma.

Sayid: ¿Se puso enferma?

Henry: Empezó como una fiebre. Dos días después estaba delirando... y luego murió. No sé por qué me estás haciendo todas estas preguntas. No sé por qué me tratas así... por qué tengo que explicarte quién soy cuando tú no me dices quién eres.

Sayid: Tenía veintitrés años cuando los americanos llegaron a mi país. Era un buen hombre. Un soldado... Y cuando se marcharon, era algo distinto. Durante los siguientes seis años hice cosas que me gustaría poder borrar de mi memoria, cosas que nunca pensé que sería capaz de hacer... Pero aprendí algo... que una parte de mí siempre fue capaz de hacerlas. ¿Quieres saber quién soy? Me llamo Sayid Jarrah... y soy un torturador.


Hurley y Sawyer siguen buscando la rana. De pronto la escuchamos croar muy cerca.

Sawyer: ¿Dónde está?

Hurley: Ahí.

Hurley corre hacia un tronco caído sobre el cual se encuentra el animalito, pero tropieza y cae al suelo. La rana da un gran salto y Sawyer logra atraparla, como si de una pelota se tratara.

Sawyer: La tengo.

Hurley: Colega, buena recepción.

Sawyer abre la mano lentamente y observa a la rana que hay sobre su palma. El animal no mide más de un par de centímetros y es de color marrón.

Sawyer: Bueno, que me cuelguen. Tanto ruido saliendo de una cosa tan pequeña.

Hurley: Me recuerda a una tortuga que tuve una vez. Se llamaba Stewart. Se escapó cuando tenía diez años. [Sawyer lo observa con expresión de incredulidad. La tortuga se escapó... Hurley se da cuenta de cómo suena la historia y trata de rectificar] Bueno, eso es lo que dijo mi madre. Creo que ella la tiró.

Sawyer: [Hablando con la rana mientras la acaricia ligeramente con un dedo] Vaya, eres un chico feliz, ¿eh?

Hurley: Tengo una idea. ¿Por qué no le llevamos lejos de aquí, como dos playas más allá? Puede que encuentre a la Sra. Rana del Árbol. Así no te tendrá despierto toda la noche, y todos felices.

Sawyer: Sí, esa es una idea. Y esta es otra.

Sawyer cierra la mano y aprieta el puño para matar a la rana.

Hurley: Colega.

Sawyer: [Le da la rana a Hurley] He oído que con salsa ranchera saben a pollo.


Corte al búnker, donde Jack está limpiando la sangre de Henry del suelo. Locke se acerca a él.

Locke: ¿Te ayudo? [Jack le ignora] Jack, sé que esto...

Jack: Cállate. [Jack va a lavarse las manos y se da cuenta de que las tenazas, que estaban sobre la mesa, han desaparecido] ¿Dónde están las tenazas?


Corte a Sayid y Henry en la armería.

Sayid: Háblame del globo.

Henry: ¿Qué?

Sayid: El globo con el que tu mujer y tú llegasteis a la isla. Háblame de él.

Henry: ¿Qué quieres saber?

Sayid: Todo.

Henry: Tenía 43 metros de altura y 18 de anchura... Y cuando estaba en el aire, 160.000 metros cúbicos de helio y 30.000 de aire caliente lo mantenían arriba. Y si lo mirabas desde arriba, había una cara amarilla y sonriente en la parte superior.

Sayid: ¿Por qué viajabais así?

Henry: Porque era rico, porque... era mi sueño... y Jennifer pensó que sería genial.

Sayid: Eras rico.

Henry: Supongo que ahora pienso las cosas en pasado. ¿No resulta de lo más optimista?

Sayid: ¿Qué hiciste para ser tan rico?

Henry: Vendí mi compañía.

Sayid: ¿Qué tipo de compañía?

Henry: Minera.

Sayid: ¿Y qué extraíais?

Henry: Minerales no metálicos. Ya lo sé, todos querían hablar conmigo en las fiestas.

Sayid: Dame las manos. ¡Dame las manos! [Sayid le pone las tenazas alrededor de uno de los dedos] ¿Dónde está enterrada?

Henry: [Aterrorizado] ¿Qué?

Sayid: Escúchame. Dijiste que enterraste a tu mujer. Dime dónde.

Henry: ¿Qué vas a ...

Sayid: ¡¿Dónde?!

Henry: ¡En la selva! Junto al globo, en la selva.

Sayid: ¿A cuánta profundidad? ¿Cómo de profunda era la tumba?

Henry: No lo... estaba...

Sayid: ¿Cómo de profunda? ¿Cuántas paladas de tierra? ¿Usaste las manos? [Gritando] ¡¿Cuánto tardaste?!

Henry: ¡No me acuerdo!

Sayid: [Gritando, a punto de perder el control] ¡Te acordarías! ¡Recordarías a cuánta profundidad! ¡Recordarías cada palada, cada momento! Recordarías lo que sentiste al poner su cuerpo dentro. Lo recordarías si hubieras enterrado a la mujer que amabas. ¡Lo recordarías si fuera verdad!

Henry: [Dándose cuenta de lo afectado que está] ¿Tú... perdiste a alguien? ¿Perdiste a alguien en la isla? ¿También perdiste a alguien? ¿Qué le pasó?

Sayid: Fue un accidente. Fue un accidente. La mujer que la mató creyó que se trataba de otra persona, alguien que iba a hacerle daño. ¡Alguien como tú!

Henry: Esto... esto es un gran error. Espera un poco, ¿vale? Hacerme daño no la traerá de vuelta.

Sayid comienza a darle puñetazos mientras Henry trata de esquivarlos.

Sayid: ¡Tú sabes lo que he perdido! ¡Dime la verdad!

Henry: No, no. Socorro. ¡Socorro!

Sayid: ¡Dime la verdad! ¡Dime quién eres!

Locke y Jack están al otro lado de la puerta.

Jack: ¡Sayid! ¡Sayid!

Locke: Jack.

Jack: Abre. Abre ahora mismo, John.

Locke: Jack, tiene que ser así.

Jack: [Le empuja contra la pared] Abre la maldita puerta, ¡¿me entiendes?! ¡Abre ahora mismo!

Locke: No.

La alarma del contador empieza a sonar. Quedan cuatro minutos para introducir el código antes del fin del mundo.

Jack: Ahora.

Corte a la armería. Sayid sigue golpeando a Henry sin parar.

Henry: ¡¿Qué quieres que diga?! ¡Haré lo que quieras! Sólo... por favor...

Sayid: ¡Quiero que me digas la verdad!

Corte al otro lado de la puerta, con Jack y Locke.

Jack: Abre la puerta.

Locke: Suéltame, Jack.

Jack: ¿O qué? ¿Quieres apretar el botón? Abre la puerta.

La alarma sigue sonando cada vez con más fuerza, indicando que sólo queda un minuto. El contador señala 58 segundos.

Jack: Queda menos de un minuto, John. Será mejor que pienses rápido.

Locke: No lo harías.

Jack: ¿Qué? ¿Qué no haría?

Locke: Si no lo hacemos, ¿arriesgarías las vidas de todo el mundo?

Jack: Una vez me convenciste de apretar el botón, John, pero ahora es asunto tuyo. Tú eres quien no se arriesgaría, tú. ¿Yo? No creo que pase nada cuando llegue a cero.

Locke: Jack...

Jack: ¿Quieres saber lo que va a pasar? Veamos lo que va a pasar.

El plano cambia entre las confrontaciones de Sayid y Henry, y la de Locke y Jack.

Sayid: ¡¿Quién eres?! ¡¿Quién eres?!

Locke: Vale.

Jack: Vale.

Locke: Vale, derecha 15, izquierda...

Jack: ¿Crees que soy estúpido? ¡Ábrela!

Locke abre la puerta rápidamente y en cuanto Jack le suelta se dirige hacia la otra habitación para introducir el código en el ordenador. El contador señala que sólo quedan 10 segundos.

Jack trata de alejar a Sayid de Henry y que deje de pegarle.

Locke intenta introducir el código lo más deprisa posible, pero comete varios errores. El contador llega a cero y las cifras comienzan a girar como locas. Entonces escuchamos varios sonidos a lo largo del búnker, como de una máquina al encenderse. En el contador ahora hay cinco casillas, y cuatro de ellas tienen extraños símbolos de color rojo y negro. Locke aprieta el botón de “ejecutar” justo en el momento en el que el quinto símbolo empieza a parpadear. El contador sube de nuevo a 108 y la máquina se apaga. En el fondo podemos escuchar a Sayid, Jack y Henry.

Sayid: ¡Está mintiendo!

Jack: ¡Así no!

Henry: ¡Te diré lo que quieras!

Jack sigue tratando de apartar a Sayid de Henry.

Sayid: ¡Está mintiendo! ¡Está mintiendo!

Jack: ¡Ya basta!

Por fin Jack logra que Sayid suelte a Henry y le saca fuera de la armería. Entonces cierra la puerta de nuevo, dejando a Henry en el interior.

Jack: ¿A qué demonios ha venido eso?

Sayid: Es uno de ellos.

Jack: ¿Sí? ¿Te lo ha dicho él?

Sayid: No.

Jack: ¿Entonces cómo lo sabes?

Sayid: Porque lo sé. Es uno de ellos.

Jack: Creo que eso es lo que Rousseau pensó de ti una vez, Sayid. Si no me equivoco, te ató y te electrocutó porque pensaba que eras uno de ellos.

Locke: Él lo es.

Jack: ¿Qué?

Locke: Es uno de ellos. Para Rousseau, todos éramos “los otros”. Supongo que todo es relativo, ¿eh?


Flashback. Vemos un camión del ejército americano avanzando por una carretera en mitad del desierto. El sargento Austen está mirando una foto y Sayid esté sentado junto a él.

Sargento Austen: ¿Tienes esposa? ¿Hijos?

Sayid niega con la cabeza. La cámara enfoca la instantánea que Austen tiene en la mano y vemos que se trata de una foto de Kate cuando era joven. Lleva el pelo recogido y se encuentra junto a un río o un lago.

El camión se detiene y los soldados sacan a Sayid del mismo.

Inman: [A uno de los soldados] Yo me encargo. [A Sayid] Se acabó. Nos retiramos, no vamos a Bagdad. Tu amigo Sadam sigue en el poder, lo que significa que tú lo más probable es que conserves tu trabajo. Supongo que tienes suerte de contar con una nueva habilidad que puedes usar.

Sayid: Lo que me obligaste a hacer, ningún ser humano debería hacerle eso a otro.

Inman saca un cuchillo y corta las cuerdas que le atan las manos.

Inman: Uno de estos días necesitarás saber algo. Y ahora ya sabes cómo conseguirlo.

Sayid: No volveré a hacerlo jamás.

Inman: [Le mete un fajo de billetes en el bolsillo de la camisa] Sí. Buena suerte, Sayid. El dinero para el autobús a Ramadi. [Se vuelve hacia el conductor del camión] Vámonos.

Fin del flashback.


Sayid y Charlie están sentados en la arena.

Sayid: Hay un hombre abajo en el búnker. Un extraño al que capturó Rousseau. Le di una paliza. Una paliza enorme.

Charlie: ¿Por qué me lo cuentas, Sayid?

Sayid: Jack me preguntó cómo sabía... cómo estaba seguro de que el hombre mentía, cómo estaba seguro de que era uno de ellos, uno de los otros. Lo sé porque no me siento culpable por lo que le hice. Pero no puedo explicárselo a Jack o a Locke... porque los dos lo han olvidado.

Charlie: ¿Olvidado? ¿Qué?

Sayid: Que te colgaron del cuello y te dieron por muerto, y que cogieron a Claire y la retuvieron durante días, durante los cuales sólo Dios sabe lo que le pasó. Que esa gente, los “otros”, no tienen piedad... y pueden llevarse a uno de nosotros cuando les apetezca. Dime, Charlie. ¿Tú lo has olvidado?

Primer plano de la cara de Charlie.




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Traducción: gwedynn



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